El Hombre Embrollado

En esta peculiar obra, que navega entre la ficción, la realidad y lo paranormal, se da voz a personajes tan diversos como extraordinarios. Animales como la Iguana, el Palomo, el Perro de las praderas y el Caballo ex de carreras, una especie quizá más evolucionada que la humana, charlan en el Club Folksy sobre el hombre y la sociedad que ha tejido, y no dejan de hacer una crítica salvaje a los aspectos más crueles, a las maldades que éste comete, a su capacidad de destrucción, y a los espectáculos circenses que protagoniza; aunque también salvan a algunos de ese juicio implacable, como los que aman a la naturaleza.

Otros personajes son el Sujeto Suburbano, un bloguero del corazón y coleccionista de pin-up girls; El Loco, un tipo sin trampa ni cartón y flagelo de los telepredicadores; y también los señores Poe, Tiz y Ado, que forman una trilogía de poesía de supervivencia, y juntos afirman que el hombre nace sin máscaras pero que al crecer se cubre con más de una, ya que el mundo es un espectáculo, una farsa. Y advierten que conviene quitárselas, capa a capa como si se tratara de una matrioska, una muñeca rusa, para encontrarse de nuevo con uno mismo, y terminar por adoptar la naturaleza de un daruma, un muñeco japonés de base esférica que por más que lo tumben siempre, testarudo, se levanta de nuevo.

El Hombre Embrollado, que es al comienzo un reflejo del hombre “normal” y corriente, pero endeble y pantanoso, logrará esa metamorfosis, se liberará de todo aquello que lo pervertía: religión insalvable, psicología usurera, ciencia apocalíptica, economía diabólica, política imperdonable, literatura puteada, persuasión indecente y muchas más cosas en su mayoría innombrables.

Llena de reflexiones, alegorías, metáforas, poemas desgarradores, así como de temas sobre los que indaga con una visión de lo más crítica, como la teología o los cánones contemporáneos, esta obra, que abarca distintos géneros, llega a mostrar lo más oscuro, y lo más luminoso, del ser humano, y no puede dejar indiferente a ningún lector.