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Núm.Edición: 1
Muchos opinan que la cirugía de la mano es la especialidad más difícil dentro de la medicina. No sé cuán cierta pueda ser dicha afirmación pero no debe estar tan alejada de la realidad si analizamos cuál fue la verdadera necesidad para su nacimiento. Durante la Segunda Guerra Mundial las heridas de guerra en las manos eran moneda corriente. La necesidad de contar con cirujanos ortopedistas para el tratamiento de los huesos plásticos para la piel neurocirujanos para los nervios y cirujanos vasculares para los vasos hacían extremadamente dificultosas sus reparaciones. Fue así que a Sterling Bunnell se le ocurrió comenzar a formar cirujanos con entrenamiento en todas esas disciplinas. La mano es un <<órgano>> muy complejo que opera como <>. Para su normal funcionamiento requiere de una enorme cantidad de huesos complejos ligamentarios y tendones para afrontar la multiplicidad de funciones que es capaz de hacer. También necesita de nervios que no solo activen esa gran cantidad de músculos sino que provean sensibilidad protectiva y sensibilidad discriminativa para sus pinzas de precisión. La piel también es particular con características diferentes según se trate del dorso o de su parte volar.